Fito Florensa, entrenador personal, sobre las actividades acuáticas: "Cuando el cuerpo está en paralelo al suelo la sangre se puede repartir mejor en el cuerpo"
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fa73%2Ff85%2Fd17%2Fa73f85d17f0b2300eddff0d114d4ab10.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2F0c3%2Fc92%2Fe28%2F0c3c92e2821da0ba68e6fb1685d5e134.jpg&w=1920&q=100)
Fito Florensa, entrenador personal y director de Koa Center, considera que el verano es un momento ideal para practicar deporte en el agua, ya sea en la piscina o en el mar. En una entrevista en el programa La primera piedra, el especialista destacó sus beneficios para la salud y la forma física. “Cuando el cuerpo está en paralelo al suelo la sangre se puede repartir mejor en el cuerpo”, señaló, apuntando que esta postura ayuda a regular la presión cardiovascular y favorece una mejor circulación.
El entrenador recordó que caminar o correr en el agua se utiliza desde hace años en rehabilitación, ya que reduce el impacto sobre las articulaciones. “El beneficio por excelencia es el menor impacto articular, ideal por ejemplo para las embarazadas”, indicó. En su opinión, la flotabilidad del agua ayuda a mantener la estabilidad y disminuye el riesgo de caídas, algo especialmente importante en esta etapa, permitiendo entrenar sin sobrecargar rodillas o espalda.
Además del trabajo aeróbico, Florensa destacó que es posible realizar ejercicios de fuerza en el agua con material de porexpán en forma de mancuernas. Este tipo de herramientas, más resistentes al movimiento que la mano, permiten ejercitar toda la musculatura. Según el experto, la combinación de resistencia y flotabilidad ofrece un entrenamiento seguro y eficaz, mientras que la temperatura del agua contribuye a mejorar la circulación y a combatir el calor.
Entre los beneficios para la salud, el entrenador personal destacó que las actividades acuáticas ayudan a controlar las pulsaciones, favoreciendo a personas con sobrepeso, problemas de circulación o hipertensión. La resistencia del agua incrementa el gasto calórico, pero mantiene un ritmo cardíaco más estable que en otros deportes. Asimismo, el hecho de tener que inspirar entre inmersiones promueve respiraciones más profundas, lo que relaja el diafragma y genera una sensación de calma y bienestar.
El Confidencial